Recuerdo el momento perfectamente. Podría contarte hasta dónde estaba cuando sonó el teléfono.
Era un día de octubre de 2010.
Novatillo existía, como corredor, sólo hacía tres meses.
Ni siquiera tenía aún gorra fosfy
Un amigo, de esos de toda la vida, que también corre me llamó por teléfono.
Me preguntó aquello que nunca se le puede preguntar a un navarro.
"en marzo es la media maratón de París...¿a qué no hay huevos de correrla conmigo?..."
Y hubo huevos, pero eso es harina de otro costal.
Tengo suerte. Mucha suerte. Nunca me he arrancado el dorsal. Nunca he abandonado en una carrera. He corrido muchas, soy un tonto motivado. He terminado todas. Unas más rápido. Otras más despacio. En alguna, la palabra abandono ha sonado fuerte en mi cabeza. Pero siempre he terminado. Y siempre he terminado contento. Porque terminar una carrera siempre es una alegría, más allá de las marcas.
Por eso, me produce mucha tristeza ver lesionados en una carrera. Gente estirando a un lado del camino. Y más pena aún me dan aquellos que, aún dorsal en pecho, te encuentras caminando de frente. No me gusta mirarles a la cara. Creo que les intimidaría. No debe ser agradable mostra un rostro decepcionado. Una pena.
¿Y por qué me acuerdo de los lesionados hoy? Porque esta semana he leído, mucho y bueno, del subidón de todos los que teminaron maratón de Valencia. Y bien que me alegro por ellos. Enhorabuena a todos. Os lo habéis currado y os lo merecéis. Tal y como la semana anterior vivimos el subidón de los que hicieron una buena Behobia.
Y mientras pienso estas cosas yo he empezado mi plan. Un plan que me debe llevar a la meta de maratón de Sevilla. Empezar plan de maratón es como sacar las piezas del puzzle de su caja. O peor aún, es desembalar ese mueble del Ikea. Extiendes todo en el suelo y e intentas organizar cada cosa. Por tamaños, por utilidad, por colores. Organizar. Y dependiendo de lo bien que lo organices, el montaje irá más o menos rápido. Y en esas estamos. Sacando piezas, aún pequeñas, para ese montaje final que se llama maratón.
Ayer, desembalar una de mis piezas me llevó a mi parque de siempre. Allí me encontré con el conocido que se lesionó en la Behobia. Él también estaba desembalando una pieza. Una de las que, bien encajadas, te dirá que está curado de su lesión. Me dejó que le ayudara a desembalar. Hicimos un rodaje a ratos lento a ratos más rápido. De momento, ayer todo encajaba... perfecto.
Seguiremos sacando piezas de la caja.
Era un día de octubre de 2010.
Novatillo existía, como corredor, sólo hacía tres meses.
Ni siquiera tenía aún gorra fosfy
Un amigo, de esos de toda la vida, que también corre me llamó por teléfono.
Me preguntó aquello que nunca se le puede preguntar a un navarro.
"en marzo es la media maratón de París...¿a qué no hay huevos de correrla conmigo?..."
Y hubo huevos, pero eso es harina de otro costal.
Tengo suerte. Mucha suerte. Nunca me he arrancado el dorsal. Nunca he abandonado en una carrera. He corrido muchas, soy un tonto motivado. He terminado todas. Unas más rápido. Otras más despacio. En alguna, la palabra abandono ha sonado fuerte en mi cabeza. Pero siempre he terminado. Y siempre he terminado contento. Porque terminar una carrera siempre es una alegría, más allá de las marcas.
Por eso, me produce mucha tristeza ver lesionados en una carrera. Gente estirando a un lado del camino. Y más pena aún me dan aquellos que, aún dorsal en pecho, te encuentras caminando de frente. No me gusta mirarles a la cara. Creo que les intimidaría. No debe ser agradable mostra un rostro decepcionado. Una pena.
¿Y por qué me acuerdo de los lesionados hoy? Porque esta semana he leído, mucho y bueno, del subidón de todos los que teminaron maratón de Valencia. Y bien que me alegro por ellos. Enhorabuena a todos. Os lo habéis currado y os lo merecéis. Tal y como la semana anterior vivimos el subidón de los que hicieron una buena Behobia.
Pero, por otro lado me viene a la cabeza la figura de los lesionados. De los que tuvieron que abandonar. Quizás porque conozco dos personas que tuvieron que abandonar en ambas carreras. Que no terminaron ni el maratón de Valencia, ni la Behobia.
Y mientras pienso estas cosas yo he empezado mi plan. Un plan que me debe llevar a la meta de maratón de Sevilla. Empezar plan de maratón es como sacar las piezas del puzzle de su caja. O peor aún, es desembalar ese mueble del Ikea. Extiendes todo en el suelo y e intentas organizar cada cosa. Por tamaños, por utilidad, por colores. Organizar. Y dependiendo de lo bien que lo organices, el montaje irá más o menos rápido. Y en esas estamos. Sacando piezas, aún pequeñas, para ese montaje final que se llama maratón.
Desembalando un maratón
Ayer, desembalar una de mis piezas me llevó a mi parque de siempre. Allí me encontré con el conocido que se lesionó en la Behobia. Él también estaba desembalando una pieza. Una de las que, bien encajadas, te dirá que está curado de su lesión. Me dejó que le ayudara a desembalar. Hicimos un rodaje a ratos lento a ratos más rápido. De momento, ayer todo encajaba... perfecto.
Seguiremos sacando piezas de la caja.
PD1 El protagonista del primer párrafo de la entrada intentó el domingo en Valencia terminar un maratón. Su intentó duró sólo 8kms. Un gemelo dijo "stop" y tuvo que abandonar. Aquel "a que no hay huevos" me dio un empujón adelante, y forjó en parte lo que ahora es el Novatillo. Ahora él necesita el empujón. O paciencia. O ambas cosas. Su puzzle parece que será más largo. Pasará más tiempo extendiendo piezas y organizándolas. Pero seguro que, por fin, en noviembre'15 el puzzle encaje a la perfección.
PD2 Para los que os gustan los numeritos. Os cuento como va mi preparación. De momento suave. Tiempo habrá para meter kilómetros.
SEMANA 0.
DOMINGO Behobia-San Sebastian 20km en 1h33'16''. A 4'40''
SEMANA 1 43 kms
MARTES 8km a 4'59''
JUEVES 14kms a 4'55''
DOMINGO Con Novatilla, subida al Monte Ezkaba. 21kms a 6'22. +470m
MARTES 8km a 4'59''
JUEVES 14kms a 4'55''
DOMINGO Con Novatilla, subida al Monte Ezkaba. 21kms a 6'22. +470m
Ventajas de vivir en un lugar de provincias.
Sales a hacer tirada larga y las ovejas vienen a visitarte